De acuerdo con las estimaciones publicadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Globocan para 2012 el número de pacientes adultos mayores de 65 años con cáncer aumentará en un 1.8% en el 2025 y esta cifra se multiplicará por 3.5 en sujetos mayores de 85 años. Esto supondrá un aumento drástico de enfermedades asociadas al envejecimiento (el cáncer, por ejemplo), lo que representará un reto económico particularmente difícil para países de ingresos medios o bajos como America Latina, y a ello se sumará la escasez de médicos especialistas y experimentados en geriatría. La valoración oncogeriátrica es una herramienta diagnóstica que permitirá estratificar al paciente adulto mayor con cáncer de acuerdo con su funcionalidad, con el fin de prevenir su vulnerabilidad en el contexto biopsicosocial, el tratamiento oncológico y la calidad de vida. De acuerdo con lo anterior, se ha realizado una revisión de artículos sobre oncogeriatría publicados en UpToDate, Medscape, PubMed, TripDatabase, Google académico, Journal of Geriatric Oncology y la International Society of Geriatric Oncology. Conclusión: Con la evaluación oncogeriátrica y siguiendo el modelo de Molina y Garrido, el oncólogo puede detectar déficits en diferentes esferas en relación con el entorno biopsicosocial de la tercera edad y de esta forma integrar el tratamiento multidisciplinario, guiado por el geriatra.
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